La anticoncepción, ¿todavía un tabú?

Material de MUJERES ATACADAS, VALIENTES Y REBELDES

16 días para superar la violencia del 25 de noviembre al 10 de diciembre de 2022 de la FDEI de Italia, con traducción al español de Con Efe.

Las chicas italianas de los años setenta se acercaban a sus primeras experiencias sexuales con un cierto temor, cuando no un verdadero terror, a quedarse embarazadas fuera del matrimonio: la familia, salvo en contadas ocasiones, no había proporcionado información sobre cómo prevenir un embarazo que alterara la vida de la persona, y el estigma social sobre las madres adolescentes era muy fuerte. También por esta razón se difundieron los colectivos feministas y los grupos de autoconciencia, que sirvieron para informar y educar a una generación de mujeres conscientes. Tuvimos la suerte de leer y estudiar libros fundamentales como Nosotras y nuestros cuerpos, del Colectivo de Mujeres Feministas de Boston, que nos guiaron en el mundo de la anticoncepción. Nuestra batalla por la aprobación de una ley para la interrupción voluntaria del embarazo fue de la mano de la de la educación sobre la anticoncepción y el uso de centros de asesoramiento.

Por otra parte, las chicas de hoy en día no parecen saber dónde obtener información para entender cómo manejar su cuerpo y defender su control, entre otras cosas porque a menudo consideran que el recurso a los centros de asesoramiento es de dudosa reputación. Otro problema es el costo de los anticonceptivos: sólo tres regiones, Apulia, Toscana y Emilia-Romaña, han activado su distribución gratuita a través de centros de asesoramiento, a pesar de que la ley 405/1975 lo prevé en todo el país. Desgraciadamente, la consecuencia es que un número no indiferente de abortos se produce entre las más jóvenes, incluso menores de edad.

VERSÍCULO BÍBLICO

Cuando Raquel dio a luz, aún quedaba una

distancia para llegar a Efrata. Tuvo un parto difícil.

Mientras sufría para dar a luz, la comadrona

le dijo: “No temas, porque éste es otro hijo

para ti. Cuando su alma partió, pues se estaba

muriendo, llamó al niño Ben-Oni; pero el padre

lo llamó Benjamín. Por lo tanto, Raquel murió y

fue enterrada. (Génesis 35: 16-19)

COMENTARIO

Especialmente en los primeros libros de la Biblia, el deber obligatorio de las mujeres era tener muchos hijos, incluso a costa de su propia vida. La ley del clan estaba por encima de las expectativas de la persona individual. Los dos juicios expresados en esta pequeña historia casi hacen que uno se duela al leerlos: está la comadrona que dice “no tengas miedo, eres una madre perfecta porque vas a dar a luz a otro niño, no pasa nada si te mueres en el parto” y luego su marido Jacob, que se alegra con esta nueva llegada, llamándolo “hijo de la felicidad”, sin ningún pesar por la pérdida de su esposa. El nombre que Raquel había dado al recién nacido, “hijo de mi desgracia”, no tenía ningún valor y ya no interesaba a nadie. Es bueno que a lo largo de los siglos el género femenino haya adquirido conciencia de sus derechos y la autoestima de no ser menos amada por Dios que los varones. Y de no ser una mera máquina reproductora. Ya no tenemos que sacrificarnos en nombre de una idea, una tradición o una cultura patriarcal. El encuentro con Jesús ha transformado nuestras vidas para siempre.

PREGUNTA para el debate

¿Por qué la anticoncepción todavía encuentra tantos obstáculos?

ORACIÓN

Dios, fuente de amor inagotable

para todas tus criaturas,

da a las parejas jóvenes serenidad

en la planificación de su

vida en común,

no dejes a las madres solas en

la hora del parto

y acompaña a los cónyuges en

su decisión de cuántos hijos

tener. Amén

Claudia Florentin